En las ultimas semanas, se han reportado casos en humanos de una rara enfermedad conocida como la viruela de los monos. Una enfermedad que que se contrae por medio de un contacto físico con una persona infectada y la cual tiene una tasa de mortalida…
En las ultimas semanas, se han reportado casos en humanos de una rara enfermedad conocida como la viruela de los monos. Una enfermedad que que se contrae por medio de un contacto físico con una persona infectada y la cual tiene una tasa de mortalidad del 10%.
Los casos se han identificado en varios países de occidente, Reino Unido, Francia, España, Italia, EEUU entre otros.
Estos reportes llegan justo a tiempo para otorgarle un preámbulo a una asamblea extraordinaria de la OMS en la que se debatirá un tratado de pandemia, mismo que le otorgaría a la OMS poderes supranacionales para dictaminar la política de todo el mundo.
¿Puede ser el Monkeypox una suerte de falsa bandera para asustar a los miembros de la organización con el propósito de aprobar el nuevo tratado? ¿Puede ser esto un efecto secundario de los confinamientos o de las vacunas? ¿Puede ser esto parte de un movimiento de guerra de cuarta generación?
Por otro lado, Azovstal por fin cayo bajo control absoluto de las fuerzas militares rusas. Algo que se intento mostrar como una victoria de Kiev, pero que puede en realidad representar un gran revés para los intereses occidentales, quienes acaban de aprobar decenas de miles de millones de dólares en "ayuda" para Ucrania.
Las historias de las atrocidades cometidas por Kiev sobre la población de Mariupol, que han salido a la luz a medida que Rusia ganaba terreno, son un abrebocas para lo que se podría hacer visible en los próximos días luego de arresto de mas de 2000 soldados ucranianos que se encontraban atrincherados en la planta metalúrgica.
El rumbo del conflicto ucraniano puede estar a punto de cambiar drásticamente y tal vez, la viruela de los monos puede haber llegado para distraer al mundo de la vergonzosa derrota que Occidente está a punto de experimentar.
