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Del 4 al 29 de octubre de 2023, se celebrará en el Vaticano la asamblea general del camino sinodal LGTBQ. De hecho, se trata de un putsch en la Iglesia que legalizará la rebelión de Francisco Bergoglio contra Dios, por cuya razón se ha anatematizado a sí mismo según Ga 1,8-9.
Los preparativos, que comenzaron en 2021, han mantenido en secreto la verdadera naturaleza y las intenciones de este llamado camino sinodal así como los cambios radicales que conlleva. ¡Los laicos o clérigos invitados, predominantemente partidarios de la ideología LGTBQ, votarán y así decidirán cambios fundamentales en cuestiones de fe y moral!
Además de legalizar la perversión LGTBQ y abolir el celibato, también se harán esfuerzos para impulsar la ordenación de mujeres, especialmente lesbianas, al diaconado y, en consecuencia, al sacerdocio. El llamado consejo sinodal alemán está para presentarse aquí como un modelo de transferencia de la responsabilidad por la Iglesia de los obispos a los laicos, en particular a las personas LGTBQ. Los obispos belgas ya han recibido la aprobación tácita de Francisco para bendecir los matrimonios sodomitas, lesbianas y queer, es decir, incluso los matrimonios con animales, por ejemplo. Estas actividades servirán en el Sínodo como precedente para toda la Iglesia católica. No se trata solo de suprimir los mandamientos de Dios, sino también de destruir el sentido común.
El cardenal Müller, ex prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, se refirió al camino sinodal de la siguiente manera: «El camino sinodal es doctrinalmente incompetente y canónicamente ilegítimo». La agenda del Sínodo de octubre también incluirá un debate con miras a aprobar la llamada «misa maya», repleta de elementos paganos y danzas rituales. Además, se promoverán los llamados modelos «litúrgicos» amazónicos. El cardenal Brandmüller se pronunció sobre los documentos del Sínodo para la Amazonía: No se trata solo de apostasía, sino también de estupidez.
El programa y el camino de Bergoglio encontraron la oposición de Carlo Maria Viganò, ex nuncio estadounidense, ya en 2018. Llamó públicamente a Francisco a renunciar junto con toda la red homosexual cuyos miembros habían ocupado los más altos cargos en la Iglesia.
Ciertamente no se puede esperar que la asamblea sinodal general en el Vaticano traiga una renovación espiritual, sino más bien todo lo contrario.
¿Qué deberían hacer los sacerdotes y los laicos por la restauración de la Iglesia? Deben rezar el rosario entero de quince decenas, especialmente en el mes de octubre. Aparte de eso, que participen en una actividad de fe llamada Jericó, inspirada en la Palabra de Dios: «Y el Señor dijo a Josué: “¡Mira! He entregado a Jericó en tu mano, y a su rey con sus valientes guerreros. Marcharéis alrededor de la ciudad todos los hombres de guerra rodeando la ciudad una vez. Así lo harás por seis días... Al séptimo día marcharéis alrededor de la ciudad siete veces, y los sacerdotes tocarán las cornetas... Y cuando oigáis el sonido de la corneta, todo el pueblo gritará a gran voz, y el muro de la ciudad se derrumbará» (Jos 6, 2-5). Cualquiera que esté familiarizado con los principios de la guerra espiritual sabe que si Dios está con nosotros, saldremos victoriosos. La continua guerra psicológica y espiritual actual es una realidad.
¿Cómo poner en práctica el modelo espiritual de Jericó en nuestras circunstancias? Empecemos todos el lunes 2 de octubre. Lo ideal sería que, después de haber finalizado la misa en su parroquia, cada sacerdote con un grupo de fieles rodeara la plaza central de su ciudad o pueblo en silencio. Los fieles pueden rezar parte del rosario. Así lo harán durante seis días.
En los pueblos donde no hay sacerdote, uno o más creyentes pueden dar en silencio una vuelta a la plaza. El séptimo día, 8 de octubre, ya sea después de la misa o a una hora determinada de la tarde, el grupo marchará seis veces alrededor de la plaza en silencio. Pueden rezar el rosario. Al marchar por séptima vez, los fieles pueden cantar la canción «¡Jesús vive! ¡Aleluya!» (cantado con la melodía de «Tú eres nuestra paz»).
El cantante principal dirá en voz alta, por ejemplo, «Él es Vencedor», y todos empezarán a cantar «¡Él es Vencedor! ¡Aleluya!» (4×) con la melodía del estribillo «¡Jesús vive! ¡Aleluya!». El estribillo se repite después de cada estrofa que sigue a una nueva exclamación. El cantante puede exclamar, por ejemplo: «¡Él es Verdad!», «¡Él es Vida!», «¡Nuestro camino!», «¡No nos abandona!», «¡Jesús nos ama!», «¡Amad a Jesús!», «¡Él nos perdona!», «¡Él nos salvará!» ...
