First published at 07:57 UTC on December 1st, 2023.
Artimañas de la mujer adúltera
Obedece mis palabras, hijo mío; guarda en tu mente
mis mandamientos. Obedece mis mandamientos y
enseñanzas; cuídalos como a las niñas de tus ojos,
y vivirás. Átalos a tus dedos, grábatelos en la
mente. Haz de la sabiduría…
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Artimañas de la mujer adúltera
Obedece mis palabras, hijo mío; guarda en tu mente
mis mandamientos. Obedece mis mandamientos y
enseñanzas; cuídalos como a las niñas de tus ojos,
y vivirás. Átalos a tus dedos, grábatelos en la
mente. Haz de la sabiduría tu hermana, haz
de la inteligencia tu amiga. Ellas te librarán
de la mujer adúltera, de la extraña de
palabras seductoras.
Un día estaba yo mirando entre las rejas de mi
ventana a unos jóvenes sin experiencia, y me
fijé en el más imprudente de ellos. Al llegar a
la esquina cruzó la calle en dirección a la casa
de aquella mujer. La tarde iba cayendo, y
comenzaba a oscurecer. De pronto la
mujer salió a su encuentro, con toda
la apariencia y los gestos de una
prostituta, de una mujer ligera y
caprichosa que no puede estarse
en su casa y que anda por calles,
plazas y esquinas esperando
atrapar al primero que pase.
La mujer abrazó y besó al joven, y descaradamente le dijo:
Yo había prometido sacrificios de reconciliación, y hoy he
cumplido mi promesa. Por eso he salido a tu encuentro;
¡tenía ganas de verte, y te he encontrado! Sobre mi
cama he tendido una hermosa colcha de lino egipcio,
la he perfumado con aroma de mirra, áloe y canela.
Ven, vaciemos hasta el fondo la copa del amor;
gocemos del amor hasta que amanezca, pues
mi esposo no está en casa: ha salido para un
largo viaje; se ha llevado una bolsa de dinero
y no volverá hasta el día de la luna llena.
Sus palabras melosas e insistentes acabaron por
convencer al muchacho, que sin más se fue tras
ella: como un buey rumbo al matadero, como un
ciervo que cae en la trampa y al que luego una
flecha le parte el corazón; como un ave que se
lanza contra la red sin saber que eso le va a
costar la vida.
Así pues, hijo mío, escúchame; presta atención
a mis palabras. No desvíes hacia esa mujer tus
pensamientos; no te pierdas por ir tras ella,
porque a muchos los ha herido de muerte;
¡sus víctimas son numerosas! Tomar el
camino de su casa es tomar el
camino de la muerte.
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