First published at 15:43 UTC on April 30th, 2019.
Esto dice la misma Watchtower de los ungidos y de su "nueva personalidad para obtener el galardón celestial:
Jesús, el hombre perfecto, se presentó en el año 29 de nuestra era común para que Juan lo bautizara en el río Jordán. “Después que Jes…
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Esto dice la misma Watchtower de los ungidos y de su "nueva personalidad para obtener el galardón celestial:
Jesús, el hombre perfecto, se presentó en el año 29 de nuestra era común para que Juan lo bautizara en el río Jordán. “Después que Jesús fue bautizado, inmediatamente salió del agua; y, ¡mire!, los cielos se abrieron, y él vio descender como paloma el espíritu de Dios que venía sobre él. ¡Mire! También hubo una voz desde los cielos que decía: ‘Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado’.” (Mateo 3:16, 17.) De este modo, el hombre Cristo Jesús fue el primero de una nueva creación, ungido para hacer la voluntad de Dios. Más tarde, sobre la base de su muerte en sacrificio, Jesús llegó a ser el Mediador de un nuevo pacto entre Dios y un grupo escogido de hombres. Cada uno de ellos se convirtió en “una nueva creación”, engendrado por el espíritu de Dios a una esperanza celestial, con la perspectiva de reinar con Jesús en su Reino celestial. (2 Corintios 5:17; 1 Timoteo 2:5, 6; Hebreos 9:15.)
Estos cristianos ungidos, engendrados por espíritu, han sido recogidos en unión con Cristo a lo largo de los siglos para formar la verdadera congregación cristiana, una nueva creación en sí misma. Dios la llamó de este mundo con un propósito, como explica el apóstol Pedro: “Ustedes son ‘una raza escogida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo para posesión especial, para que declaren en público las excelencias’ de aquel que los llamó de la oscuridad a su luz maravillosa”. (1 Pedro 2:9.) Al igual que Cristo Jesús, la primera nueva creación de Dios, los siguientes miembros de esta nueva creación tenían la obligación primordial de predicar las buenas nuevas. (Lucas 4:18, 19.) En total ascenderían a 144.000, y cada uno de ellos tendría que “vestirse de la nueva personalidad que fue creada conforme a la voluntad de Dios en verdadera justicia y lealtad”. (Efesios 4:24; Revelación 14:1, 3.) Para ello tenían que cultivar el “fruto del espíritu”, que se describe en Gálatas 5:22, 23, y encargarse fielmente de su mayordomía. (1 Corintios 4:2; 9:16.) w 1-1-93, págs 5,6 ¿PERO ES VERDAD LO QUE DICEN?
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